Ficha técnica del Xiaomi Mi 11
XIAOMI MI 11 | |
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PANTALLA | 6,81” AMOLED 120 Hz WQHD+ (3.200 x 1.440 px) 515 ppp, 20:9 HDR10+, 480 Hz táctil |
PROCESADOR | Qualcomm Snapdragon 888 Adreno 666 |
RAM | 12 GB |
ALMACENAMIENTO | 256 GB |
CÁMARA TRASERA | 108 MP f/1.85, 7P, OIS Ultra gran angular 12 MP f/2.4, 123º Telemacro 5 MP f/2.4 |
CÁMARA FRONTAL | 20 MP f/2.2 |
BATERÍA | 4.600 mAh Carga rápida 55 W Carga inalámbrica 50 W |
SISTEMA OPERATIVO | Android 11 + MIUI 12 |
CONECTIVIDAD | 5G WiFi 6 Bluetooth 5.2 GPS NFC Infrarrojos USB tipo C |
DIMENSIONES Y PESO | 164,3 x 74,6 x 8,06 mm 196 gramos |
OTROS | Altavoces estéreo Lector de huellas en pantalla |
Diseño: el rey de las curvas
Diferenciarse en apariencia es complicado si se quieren seguir las tendencias, de ahí probablemente que lo que veamos sean cambios relativamente pequeños, pero llamativos. El Mi 11 cumple con la textura mate (que aunque no sea glossy -cristal tradicional- tiene mucho juego con la luz), el agujero en pantalla y la curvatura de bordes y esquinas, aunque llevado algo más allá que lo que habíamos visto antes en la marca.
La curvatura se produce en todos los lados de la pantalla, incluyendo el superior e inferior (donde suele ser plana). En estos lados es menor y muy sutil, notándose si nos fijamos y sin que llega a molestar o a crear ningún efecto óptico en la visualización (en el apartado de pantalla hablaremos de los lados derecho e izquierdo).
Mayor cascada tienen los lados, que desembocan en un fino borde metálico que queda como un sándwich entre ésta y la mayor curvatura de la trasera. Un borde que se “come” las esquinas de la pantalla, como no vimos en el Mi 10 Pro o el Xiaomi Mi 10T Pro pero sí en los Huawei P40 Pro (de hecho, nos recuerda mucho más a éste que a sus antecesores en la trasera, salvo por el módulo).
Normalmente, la ventaja del acabado que vemos en esta trasera es que resiste mejor a las huellas, pero no nos ha parecido que sea el caso del Mi 11. Aunque no es la invasión constante que vemos en una trasera con acabado en brillo, se ensucia más de lo que esperábamos, aunque cierto es que se limpia muy fácilmente y que las huellas o la grasilla natural que queda se disimula mucho.
La principal pega de estos acabados mate es que pueden resbalar, pero aunque es más deslizante que un acabado en brillo como el del Mi 10T Pro tampoco se escapa con facilidad. Eso sí, ayuda sobre todo el borde metálico, con mayor adherencia.
El agarre al final es cómodo y nos parece adecuado por varios factores: no es un móvil muy ancho, tiene una curvatura adecuada de la trasera y tampoco pesa en exceso para el tamaño que tiene. Sin ser un móvil pequeño, con 6,81 pulgadas de diagonal de pantalla se encuentra entre los más compactos de esta selección, siendo el tercero menos voluminoso tras el LG Velvet y el iPhone Pro 12 Max.
El módulo de cámaras es la nota discordante, al ser cuadrado con esquinas redondeadas (algo que vimos en los iPhone 11 y 12 pero de manera totalmente distinta) y con dos isletas, una sobre otra, como una especie de ying yang de cristal en negro y azul. Pese a no sobresalir en exceso en comparación a otros módulos, es suficiente como para que sin funda se pueda balancear si lo utilizamos apoyado en la mesa.
En general, nos parece un móvil bien construido, con materiales resistentes y sin apreciar partes en las que se acumule más fácilmente el polvo o que molesten al agarre. Es un móvil cómodo, relativamente delgado (casi es más la sensación por tener unos bordes bastante finos) y bonito, al menos a nosotros el tono azul claro nos ha gustado.
Pantalla: el que debería ser el punto de partida para cualquier gama alta
Bien, Xiaomi, bien. El salto a alta resolución es algo que hace justicia a cualquier terminal que se considere de gama alta y que busque dar (casi) lo mejor en cada aspecto a sus usuarios. Sobre todo sin dicotomías.
El Xiaomi Mi 11 integra una pantalla AMOLED de 6,81 pulgadas con resolución WQHD+ (3.200 x 1.440 píxeles) que llega a un máximo de 120 hercios en su tasa de refresco. Éstos son “adaptativos”, es decir, que en realidad el valor varía según estima el sistema entre 30, 60, 90 y 120 Hz, como vimos ya en Samsung. Además, la pantalla es más bien alargada, con un aspecto ratio de 20:9.
Hablando de la resolución, el salto cualitativo se corresponde con el cuantitativo: más píxeles por pulgada son más definición y aquí hablamos de 515 ppp (son más de 120 con respecto a las 396 ppp del Mi 10 Pro). Es algo que no todo el mundo prioriza o aprecia, pero que supone una mejora en la experiencia, sobre todo si venimos de un terminal con menor densidad de píxeles.
Esto se combina con un muy buen contraste (ratio 5.000.000:1) y con un brillo máximo de 1.500 nits (pico). Eso sí, el ajuste automático no funciona demasiado bien, dado que solemos corregirlo tanto en situaciones de oscuridad como cuando hay luz abundante.
La pantalla viene bastante bien calibrada de fábrica hablando de la temperatura y el color. Aunque lo mejor en este sentido es que los ajustes de pantalla permiten personalizar esto en un grado muy detallado, pudiendo elegir espacio de color, matiz y saturación entre otros aspectos
La tasa de refresco hasta 120 Hz también se nota. No sabremos cuándo el sistema cambia a un valor u otro, pero ya sólo navegando por el sistema apreciamos mucho el cambio de 60 a los 120 Hz adaptativos: las transiciones, las aperturas, el lanzamiento de la multitarea… Todo es mucho más fluido si activamos hasta 120 Hz. Después hablaremos de lo que afecta a la autonomía, eso sí.
La experiencia es buena tanto en interacción como en visualización, se trate de un espacio bien iluminado o condiciones de baja luz. Por defecto viene activada la protección anti-toques accidentales, que aunque tiene dos grados el ajuste automático funciona muy bien (especialmente al hacer fotos o jugar, que es cuando más los hemos sufrido cuando los hay por las curvas).
Hablando de las curvas, nos vamos a repetir una vez más: pueden dar un toque de diseño atractivo, una consonancia del estilo, un reclamo estético. Pero no añade nada a la experiencia, de hecho lo único que aporta es que veamos las sombras y efectos visuales que ocasiona la curvatura del cristal, normalmente sin afectar al contenido al estar en los bordes, pero nos parece algo innecesario, que da más trabajo a nivel de software y que trae más quebraderos de cabeza que beneficios.
En cuanto al aprovechamiento de la interfaz del panel, según GSM Arena la pantalla del Mi 11 aprovecha un 91,4% del frontal. Quizás este sea otro motivo para la curvatura porque es una cifra considerable, teniendo una experiencia muy parecida a móviles como el S21 Ultra al tener una cámara frontal de diámetro bastante reducido.
No obstante, el aprovechamiento real es algo menor al que vemos en los smartphones de Samsung porque el agujero está más hacia abajo. La barra de tareas ocupa unos 6,5 milímetros, dos milímetros más que en el caso de los Galaxy, pero en todo caso la superficie aprovechable es más que suficiente y el agujero (sin “esconderlo”) no resulta invasivo ni molesta en la interacción.
Rendimiento: un nuevo procesador que podría brillar algo más
Estrictamente, el Xiaomi Mi 11 no empezaba febrero, sino que acababa diciembre de 2020 apareciendo en una presentación local (en China) entrando por la puerta grande como el primer móvil que iba a llevar el Snapdragon 888, presentado poco antes y siendo el por ahora procesador más potente de Qualcomm. Con esto el Mi 11 está preparado para lo último en conectividad móvil y que su motor ejecute muchas, muchas operaciones por segundo.
Más allá de esto, la configuración de las memorias no sobresale, pero tampoco queda especialmente corta. El modelo de partida va con 128 GB, que es el que hemos probado, con 8 GB de RAM en todo caso.
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